Un campeón estudioso.
.En la década de 1980 el relator de las carreras lo anunciaba como «El piloto chileno que estuvo en Hockenheim y Nurburgring» , para conocer la historia que guardaba la frase emitida por el parlante viajamos hasta Limache, donde el primer encuentro es con un silencio que contrasta con su tradición de ciudad tuerca , lo que se confirma por la competencias de carácter internacional que se realizaban desde hace noventa años y más.
Uno de los pilotos ícono de la categoría “Turismo 51” , es el ex campeón de automovilismo Rodolfo Eberlein , gran colaborador de testimonios gráficos de la página del Casv en la sección “Fotos con Historia”, y porque no decirlo, el “kaiser” en la tecnología de la inyección Diesel. Es así como llegamos a su oficina ,trofeos y diplomas es la evidencia de una trayectoria intensiva en el deporte motor , actividad que mantiene hasta hoy en día como un pasatiempo , la conversación se inicia abriendo las primeras páginas del libro » ¡Rugen los Motores!
¿ Como fueron los comienzos en el automovilismo ?
“Desde que tengo uso de razón me sentía atraído por la mecánica de autos y motos, así como desarmar todo lo que caía a mis manos ; mi padre era empresario del transporte , por lo que se dieron las circunstancias para un contacto permanente con los fierros, Por otro lado, Limache era una ciudad con historia «tuerca» , siendo parte de un capítulo importante en el automovilismo y motociclismo nacional, desde niño me tocó ver el desarrollo de competencias de “Turismo Carretera” como «Tres Provincias» y «Dos Océanos» ,la que unía las ciudades de Buenos Aires y Viña del Mar, así como también las «100 Millas Internacionales» en el motociclismo. En mi época de adolescente asistía a Las Vizcachas desde su inauguración , como sea tenía que llegar a mirar las carreras. Así fue como todo este entorno contribuyó a forjar una pasión y que posteriormente me haría tomar la decisión de ser piloto, dando mis primeros en Alemania a bordo de un Volkswagen y después con un Fiat 125.”
¿ Y cómo llegas a Alemania ?.
“Siempre mi mayor deseo fue estudiar mecánica , pero orientada a lo que es la alta competencia , muy influenciado por las carreras en Chile, la admiración hacia la Fórmula Uno y el Gran Turismo de Europa, un tema que llevo años investigando y recopilando información por algo que explicaré más adelante. Una vez concluida la enseñanza media el año 1973 partí al viejo continente en compañía de mis padres con la intención de estudiar . En Alemania , cada marca automotriz tiene una escuela técnica propia con el propósito de formar especialistas , después de visitar diversas instituciones fui aceptado en el «Centro de Estudios Mercedes Benz» en Stuttgart junto con mi hermano Erwin y nuestro primo José Hornauer, él en la actualidad es concesionario de la marca en Viña del Mar para toda la quinta región. Cuatro años estuvimos entre libros, talleres, circuitos y autos de carrera.”
¿ Fue difícil la adaptación al modelo educacional alemán ?
“Estudiábamos en el régimen de internado , un modelo educacional diferenciado por su elevado nivel de exigencia , lo que requería perseverancia por ser muy estricto en todo sentido. A modo de ejemplo ,cuando la tarea o evaluación estaba perfecta la calificación era cercana a un 5, la nota 7 no la conocíamos, solo existía en el papel. Después de terminar la diaria jornada de estudios nos dirigíamos al museo Mercedes Benz ubicado en una zona adyacente a la escuela, a esa hora permanecía cerrado y nuestra diversión diaria consistía en abordar los diferentes autos deportivos en exhibición ,todos legendarios y triunfadores de las pistas europeas , entre otros ,estaban los denominados «Flechas de Plata».
Para financiar la estadía trabajaba repartiendo diarios desde las 5:30 hasta las 7:30 A.M. , a veces con frío, lluvia y nieve. Con el dinero ahorrado compré un Volkswagen Escarabajo , auto con el que nos inscribimos en competencias de pilotos amateurs en la localidad de Aldingen cercana a Stuttgart. En promedio, obtenía un ingreso mensual de 200 marcos y el auto me costó 50. Durante los fines de semana el panorama obligado era el circuito de Hockenheim y a veces Nurburgring, eran los que visitábamos con mayor frecuencia, y por supuesto Austria y Paul Ricard .Por nuestra condición de estudiantes nos permitían el ingreso a boxes , viviendo desde otra perspectiva el desarrollo de las carreras de Fórmula 1, autos de turismo y motos. Siempre recuerdo el triunfo de Reutemann el año 1975 en Nürburgring , segundo Laffite y tercero Lauda ; era un calor infernal , a las 11 de la mañana no quedaba una sola bebida en el autódromo. Una vez concluida la competencia , se venían cientos de kilómetros y un sufrido viaje de retorno durmiendo en el auto para poder estar el día Lunes en clases a primera hora. Con todo, era una vida muy entretenida, hoy considero que fue como vivir un sueño. Toda la experiencia vivida en esos cinco años fue determinante para ser un apasionado por la Fórmula 1 y es lo que me ha llevado a seguirla hasta hoy en día, cuando tengo la oportunidad asisto a los circuitos así como reunir la máxima cantidad de información de cada temporada.”
Entonces con el Volkswagen te inscribes en las primeras carreras.
“Así es , con ese auto las posibilidades eran bien limitadas, corríamos en un circuito de tierra en forma de óvalo con 600 metros de perímetro, no obstante concurrían autos de la época muy desarrollados ,como VW con motor Porsche y otros similares ; se corrían cuatro series por día. Debido a la falta de experiencia y características de mi auto andaba siempre de la mitad hacia atrás, las veces que estuve en posiciones de vanguardia fue cuando se invertía la grilla de partida. El entusiasmo duró hasta que tuve un accidente resultando el auto destruido. Un amigo se compadeció de nosotros y nos regaló un Fiat 125 sin vidrios , que es el auto de la foto, continuamos participando en esta aventura hasta que nuevamente me involucro en otro accidente resultando el auto con daños de consideración.”
Con un perfecto idioma alemán pronuncia los nombres de pilotos , circuitos y ciudades de una época dorada en la Fórmula 1. Entre los recuerdos que se aprecian en su oficina llama la atención una biela de titanio con canastillo.
“Mi hermano Erwin, un apasionado por las motos, forjó amistad con un alemán que participaba en el campeonato del mundo en la serie de 500 c.c. con una moto Konig , literalmente corría “arreando el lote” , eran los años de Giacomo Agostini, Mike Hailwood , Max Biaggi y Jim Redman entre otros. Nosotros , en nuestro tiempo libre , le ayudábamos a preparar la moto en el taller de nuestros amigos, de apellidos Aufrecht y Melcher, situado en las instalaciones de un molino abandonado en una zona rural ubicada en las cercanías de Stutgartt. Los dueños del taller se dedicaban en forma artesanal y en condiciones muy precarias a preparar autos de carrera, posteriormente alcanzarían notoriedad al obtener el primer lugar un Mercedes Benz de 6.8 litros , preparado por ellos, en las “24 Horas de SPA” en el año 1971. Fue así como nació lo que hoy en día se conoce como AMG.
La fábrica Mercedes Benz los contactó y ofreció colaboración, lo primero fue entregar para que experimentaran un montón de fierros y partes de motor que permanecían guardados en la fábrica desde el retiro de la marca en las competencias . Las extensas jornadas de trabajo con la moto König forjó una amistad con nosotros la cual quedaría plasmada con el regalo de una biela que incorporaba el legendario motor W196.”
¿ Cuándo decides retornar a Chile ?.
“Después de titularme y permanecer un tiempo en Alemania , el año 1977 regreso a Chile con quien sería mi futura esposa, Josiane Amrouni de nacionalidad francesa , lo primero que se me ocurrió fue instalar un taller dedicado a la asistencia de maquinaria agrícola en la ciudad de Limache, pero siempre tenía en mente como objetivo de largo plazo desarrollar un proyecto de laboratorio de inyección Diesel en la quinta región, en ese entonces una tecnología emergente en nuestro país y era lo que había estudiado en Alemania. Tuvimos éxito con nuestro primer emprendimiento , lo que permitió reunir un capital para dar vida a lo que hasta ese momento era un sueño. Fue así como se dieron las circunstancias para dar vida a este proyecto junto a mi hermano Erwin, hipotecamos una propiedad para un crédito del Banco del Estado, con el capital adquirimos un laboratorio de inyección Bosch de última generación . Difícil comienzo, trabajando de lunes a lunes sin parar, con el paso del tiempo junto al crecimiento sostenido del motor Diesel nos
fuimos consolidando, en la actualidad se concentra la mayor parte de la actividad con Kaufmann y Ditec.”
A finales de los años setenta tu nombre empieza a sonar en los circuitos tanto en la quinta región como en Las Vizcachas..
“Una vez que estaba más estabilizado con el negocio , empecé a armar un Ford de 1936 con motor 59AB, un estandarte del Turismo Carretera tanto en Chile como en Argentina durante décadas como lo muestra el libro ¡Rugen los Motores!, ese era el auto que veía correr en mi niñez por las carreteras de la región .
Lo armamos con un grupo de amigos, dando así origen al «Autoclub de Limache” , todos contribuían para financiar su participación en la pista alternando la conducción con diferentes pilotos . El año 1979 debuté en las Vizcachas , con la ayuda de Juan Gac armamos un motor para la categoría «Turismo 51» . Ese año ,entre otros, los pilotos eran Teobaldo Díaz, Juan Dennis Lay, Gerald Foden, Mauricio Infante, Hernán Ilabaca, los hermanos Juri, Alex Deulofeu y Sergio Figueroa ; llegando a reunir en algunas oportunidades más de una veintena de autos en la pista. Al finalizar la temporada obtuve el tercer lugar. En 1980 se repite la misma ubicación en el ranking y en 1981 alcanzo el segundo lugar. En las temporadas de 1982 y siguientes no tuve continuidad por consagrar el mayor tiempo posible a nuestro negocio que pasaba por una etapa de alto crecimiento.
En 1986, inicio la temporada con un nuevo auto, preparado con extrema dedicación por Patricio Munchmeyer y Tito Estay, período que culminaría con el campeonato. Como anécdota, el año anterior iba puntero y en la última carrera pasé a llevar con el casco el cortacorriente que estaba en el pilar del auto, perdiendo la primera opción para obtener el título. Después , tomo la decisión de abandonar el automovilismo y dedicar la mayor cantidad de tiempo al negocio que cada día debía profesionalizarse aún más. El apoyo de mi esposa Josiane así como de mis hijas mis hijas Katherine y Marlene han sido un pilar fundamental en el desarrollo de nuestra empresa estando ellas a cargo del área agroforestal que desarrollamos hace un tiempo.”
Eres uno de los pocos pilotos que aún conserva su auto de carreras .
“El auto con el tiempo se fue deteriorando hasta que mis hijas lograron convencerme de su restauración. Fue así como contacté a Rodríguez y con otros artesanos de Limache empezamos a trabajar para recuperarlo, casi tres años tardamos para dejarlo funcionando y poner en valor el auto campeón de T51. Hoy en día suele hacer de “Pace-Car” en el circuito de Quilpué.”
Cae la tarde , una extensa y emotiva conversación que transcurre revisando fotografías y recuerdos , los que necesitaban ser expresados y compartidos para anotar un capítulo importante en la historia del automovilismo nacional ,y con ello, develar el misterio y la historia que se ocultaba tras la frase que en otro tiempo anunciaba el locutor de carreras, y por sobre todo, un testimonio compartido que constituye por si mismo un ejemplo de emprendimiento, donde el estudio, la perseverancia y la familia parece ser la fórmula infalible para hacer realidad los objetivos que nos planteamos en la vida.
Limache. Junio de 2018.