La magia de Montjuic – Recordando a Zanelli
Escrito por Guillermo Zuñiga
Barcelona es una ciudad fabulosa, se vienen a la mente muchos íconos de la cultura europea al pensar en ella… pero yo soy al revés del mundo, pensé en Barcelona e inmediatamente fijé mi mente en uno de los trazados más místicos de la historia del automovilismo.
El parque Montjuic, llamado así por el cerro homónimo que lo alberga, es un lugar lleno de cultura e historia, su contenido va desde un hermoso castillo del Siglo XVIII, un majestuoso palacio, jardines, museos, fuentes, todos conectados por un sinuoso camino que recorre el cerro hasta su cima.
La misión número 1 era poder hacer el trazado completo del circuito a pie, para apreciar las curvas, su complejidad y ubicarme en las proporciones para entender por qué es uno de los circuitos que más nostalgia trae en el automovilismo, a pesar de que se utilizó muy poco. Después de unos 100 metros, entendí que la importancia del trazado estaba al mismo nivel que el contenido del barrio Montjuic, el circuito no era sólo un trazado, era un hogar con un aire especial. Pensémoslo así, el Gran Premio de Mónaco no sería nada son todo el glamour de la arquitectura, diseño y cultura que lo rodean. En Montjuic se siente eso. Es alucinante imaginar que en esas calles pudo haber un Gran Premio de Fórmula 1.
Sus curvas son amplias, tiene un diseño muy rápido en algunas zonas, curvas que naturalmente para un circuito callejero son bastante peligrosas. Hay combinación de horquillas, peraltes, una interesante recta trasera y la parte superior, que da al Estadio, con curvas muy rápidas y amplias, zona elegida para la largada. La bajada desde el Estadio desemboca en la zona más lenta del circuito, rodeado de maravillosos jardines y curvas que parecen navegar sobre el cerro. Luego de la zona lenta, se llega a la recta trasera, donde el telón de fondo es la Plaza España, una céntrica zona de Barcelona, desde donde se aprecia gran parte de la ciudad debido a la diferencia de altura. La recta finaliza con la subida al cerro en una amplia “S” y luego un muy rápido curvón hacia el Estadio.
Recorrer el circuito y tener en mente todas esas fotos de la Fórmula 1 de los años setenta, una de las épocas más mortales del automovilismo, fue algo sobrecogedor, pero aún más lo fue recordando que un chileno ganó en ese mismo trazado, un Gran Premio en los años 30. Sí, el poco recordado Juan Zanelli alzó la copa en el primer Gran Premio que se celebró en este trazado. En 1933 a bordo de un Alfa Romeo, Zanelli firmó lo que sería el triunfo más importante de un chileno en toda la historia de nuestro automovilismo, al día de hoy es el equivalente a ganar un Gran Premio de Fórmula 1. También ostenta el título del primero latinoamericano en ganar un Gran Premio válido por el Campeonato Mundial.
El llamado Gran Premio de Penya Rhin, fue ganado posteriormente por nombres de la talla de Achille Varzi, Tazio Nuvolari, Giuseppe Farina o Alberto Ascari, todos Campeones Mundiales. ¿Suena importante no? Por eso, esta misión me la tomé con un sentimiento de respeto único, estar en ese lugar fue el equivalente a revivir el éxito de un compatriota y, en parte, sentirlo propio también.
Lamentablemente el Montjuic sufrió la llegada de la Guerra, la actividad fue suspendida y no se volvió a pisar el trazado con los autos más rápidos hasta los años 70, donde se alternó con el Circuito de Jarama. 1975 fue el último año para el Gran Premio, la velocidad de los autos y la precaria seguridad terminaron con un accidente que dejó varios muertos en el público, el Gran Premio fue cancelado a la mitad de su desarrollo y la Fórmula 1 nunca más volvió al místico cerro de Montjuic.
Las motos y los prototipos mantuvieron vivo el circuito hasta los años 80. 24 horas de resistencia fue la carrera tradicional en Montjuic hasta 1986.
El Circuito ha vuelto a la vida con algunas exhibiciones históricas, pero jamás volverá a sus días de gloria, que hoy viven en nuestra memoria y en esas fotos que congelaron aquellos héroes que enfrentaron el reto del Montjuic.
Escrito por Guillermo Zuñiga – Autovelox Magazine