El Gran Premio “Concesionarios Ford” de 1958: La Puerto Montt – Santiago
En Febrero del año 1958 se llevó a cabo este importante gran premio internacional de carreteras auspiciado por la red de concesionarios de la marca Ford en Chile. Para la ocasión, y para darle realce internacional, los organizadores invitaron especialmente a participar a los campeones de Ecuador, Luis Larrea, y del Perú, Federico Block.
En estricto rigor, “Pity” Block vino de visita a Chile de vacaciones y para presenciar el Gran Premio; y como no pensaba correr, no trajo su cupecita. Como era muy conocido de los tuercas chilenos, entre los que tenía grandes amigos, se empezaron a hacer gestiones para conseguirle un auto a la vez de tratar de convencerlo para que participara. Le consiguieron así el auto de Samuel Camsen quien no iba a competir ya que no tenia motor para hacerlo (este Ford coupé, de colores negro y verde, originalmente había perteneció a Humberto Valenzuela quien luego se lo vendió a Bartolomé Ortiz y este finalmente a Camsen). Acto seguido, los amigos chilenos le consiguieron un motor: ocurría que Tomás Lí era el preparador, entre otros autos, de un Ford 1934 que pertenecía a Domingo Venturelli, y como éste tampoco iba a correr el Gran Premio, gentilmente le prestaron el motor que era el clásico Ford de la época, pero preparado por “El Chino” Lí con culatas Edelbrock de aluminio, eje de levas Iskenderian, múltiple de admisión Edelbrock de 4 carburadores, etc. , con todo lo cual debe haber tenido de unos 180 a 200HP. Después de juntar el auto y todos los fierros, “Pity” fue terminado de convencer por su amigo y futuro copiloto Cristóbal Velasco quien se ofreciera para armarlo. Es así como trabajando día y noche en el garaje de Velasco, ubicado en calle Bustamante, lograron tener listo justo a tiempo el coupé Ford para partir ambos por tierra rumbo a la partida en Puerto Montt.
Por su parte Larrea, el piloto de Ecuador, vio frustrada su participación al no alcanzar a llegar su auto a Puerto Montt, debido al retraso con que arribó a Valparaíso el barco que lo transportaba.
La representación chilena en el Gran Premio era nutrida, cerca de 20 autos, encabezados por los créditos nacionales Bartolomé Ortiz, Eugenio Velasco, Raúl Jaras, Sergio Neder , Luis Hernán Videla y Hugo Tagle. La carrera contemplaba tres días de competencia, con un recorrido de casi 1.100 kilómetros divididos en tres etapas: de Puerto Montt hasta Temuco, con neutralización en Osorno; de Temuco a Chillán, y por último, de Chillán a la capital, con neutralización en la ciudad de Talca.
Los organizadores, el Automóvil Club y la Asociación de Volantes de Chile, informaron a la prensa que si bien las dos primeras etapas eran por caminos de tierra, estaban en condiciones firmes, “con tramos ripiados y estabilizados, lo que le permitiría a los pilotos correr a una buena velocidad”. También se indicaba que el piso de la difícil cuesta de Lastarria estaba en buen estado y con la tierra apisonada y bastante firme. Agregaron que: “El problema más frecuente que encontrarán los corredores, será el de los centenares de puentes que cubren canales de riego y que no siempre están en forma suave como para evitar saltos peligrosos para los amortiguadores”.
Luis Hernán Videla.
El buen clima enmarcó adecuadamente la competencia, y siendo las 8 de la mañana se dio la largada al gran premio en la salida norte de Puerto Montt, con una multitudinaria presencia de público. El primer coche en partir fue el Chevrolet que lucía el N° 1, del campeón Eugenio Velasco, seguido a intervalos de un minuto por los autos de Enrique Pedrini, Bartolomé Ortiz, Mario Ramírez, Orlando Medina, Raúl Jaras, Sergio Neder, etc., hasta el último en zarpar que fue el historiado coche Ford N° 26 conducido por el campeón peruano Federico “Pity” Block.
Las autoridades locales habían ofrecido un hermoso trofeo “Ilustre Municipalidad de Puerto Montt” al piloto más rápido, quien señalara el menor tiempo entre la partida y el cruce frente a Puerto Varas; galardón que obtuvo Eugenio Velasco, quien encabezaba la carrera rumbo al norte a gran velocidad. Lamentablemente, las fallas en el motor de su Chevrolet comenzarían luego, a medida que se aproximaba a la meta en Osorno. A sus espaldas, los más rápidos eran Bartolomé Ortiz y “Papín” Jaras, logrando también un buen desempeño Luis Hernán Videla, Enrique Pedrini, Sergio Neder, Mario Ramírez y el peruano Block.
En el trayecto no hubo accidentes que lamentar, y a la meta en Osorno, ubicada frente al frigorífico de la SAGO, entraron los punteros cuando aún no se cumplía una hora 20 minutos de la largada puertomontina, dejando en evidencia lo rápido que corrían sus coches. Llegaron en el siguiente orden: Eugenio Velasco, Raúl Jaras, Enrique Pedrini, Sergio Neder, Mario Ramírez, “Pecos Bill”, Luis Hernán Videla, Bartolomé Ortiz, Hugo Tagle, Felipe Neder, Orlando Medina, Federico Block, y luego el resto de los competidores. Después de una neutralización de 30 minutos, la carrera continuó rumbo a Valdivia.
abandonarían más adelante en esta etapa, debido a percances mecánicos: Velasco, Ortiz y Videla. Quedó entonces en los hombros de Raúl “Papín” Jaras y de Sergio Neder la responsabilidad de representar a Chile ante el avance constante del campeón peruano. A las 11 de la mañana pasó por Valdivia el puntero Jaras, evidenciando que su Chevrolet Wayne estaba muy saludable, ya que su promedio de velocidad superaba los 105 KPH. Un poco más atrás, Sergio Neder en su Ford, un digno escudero que marchaba guardándole sus espaldas. Sin embargo, Federico Block continuaba remontando y adelantando rivales.
En la ciudad de Temuco, una enorme multitud colmaba ambos costados del camino longitudinal desde Padre Las Casas, esperando ansiosa el desenlace de la primera etapa. Para su felicidad y algarabía, vieron aparecer raudo al bólido rojo de Papín Jaras en el primer lugar, quien recibió el banderazo ante una ovación. Diez minutos más tarde llegaría Sergio Neder en su veloz Ford, segundo en la ruta y en la clasificación general. Luego arribarían Enrique Pedrini y Hugo Tagle, e inmediatamente tras ellos surgió “Pity” Block en una arremetida formidable si se considera que había partido de Puerto Montt en el último lugar. Una vez terminados los cómputos de los controladores del Automóvil Club quedó claro que el peruano lograba remontar al tercer lugar de la clasificación general, a minutos detrás de Jaras y Neder, lo que le daba a la competencia un sabor y emoción muy especiales.
A la mañana siguiente, a las 8 en punto se reanudó la competencia en la salida norte de Temuco, largando los autos a intervalos de un minuto según el orden de la clasificación, saliendo los coches de Papín Jaras, Sergio Neder y “Pity” Block en los tres primeros lugares. Se permitió que reengancharan los competidores rezagados, de modo que se reincorporaron algunos importantes actores, como Luis Hernán Videla y Eugenio Velasco. Este último sin embargo duraría pocos kilómetros, pese a su ritmo impresionante, ya que el motor de su Chevrolet explotó por el exceso de velocidad que le imprimió el volante de la Universidad de Chile, con lo cual concluyó definitivamente su participación. Videla, por su parte, también en un afán de recuperar terreno perdido, conducía a gran velocidad cuando al enfrentar el puente del río Quino, a 13 kilómetros de Victoria, volcó espectacularmente. Afortunadamente ambos ocupantes de la máquina, que quedó a maltraer, resultaron ilesos.
A medida que transcurría la etapa hubo varios otros abandonos que lamentar, como el de Felipe Neder. En la punta seguía la encarnizada lucha entre Jaras, Block y Sergio Neder. Desgraciadamente este último empezó a experimentar problemas con el motor de su Ford y comenzó a distanciarse. La gran sorpresa vendría entre el Salto del Laja y la localidad de Bulnes, cuando los informes radiales dejaron helados a los radioescuchas al señalar que el líder “Papín” Jaras se había dado vuelta. La desazón cundió entre los espectadores en el siguiente puesto de control, al pasar en el primer lugar el campeón peruano,. Entre los escoltas del líder luchaban palmo a palmo Enrique Pedrini, Carlos Niemayer, Orlando Medina y Hugo Tagle.
Sergio Neder: la veloz revelación de la carrera.
Raúl Jaras y su famoso copiloto, el preparador Tomás “Chino” Lí.
Ignacio Romero y su Ford: buen 5° lugar.
Los ánimos volvieron a los aficionados cuando se supo que Jaras, con la ayuda del público, había logrado poner su coche con las cuatro ruedas en la carretera y seguía en competencia, sin mayores daños, pese a que había pedido casi 20 minutos en la maniobra. Empezó así una remontada vertiginosa exigiendo al máximo su Chevrolet Wayne, haciendo gala de sus privilegiadas muñecas.
Miles de fanáticos aguardaban expectantes junto a la meta en Chillán Viejo, esperando un milagro para no ver entrar al peruano en primer lugar. Sin embargo, faltando casi cinco minutos para las 11 de la mañana arribó como un trueno el coche conducido magistralmente por Federico “Pity” Block. El suspenso se apoderó de todos, ya que se ignoraba cuánto podría haber recuperado “Papín” Jaras después de su volcamiento. Para felicidad de los chillanejos, no alcanzaron a pasar cuatro minutos de angustiante espera cuando surgió la inconfundible cupecita roja de Jaras a una velocidad impresionante, cruzando la meta bajo la euforia, los gritos y los aplausos. Todo indicaba que con la ventaja acumulada en las etapas previas, el chileno seguiría liderando la prueba. Minutos más tarde hacían su entrada a Chillán, en cerrada pugna, los autos de Niemayer, Medina, Pedrini, Tagle, Ignacio Romero y Edmundo Ávila. Luego llegaría el grueso de los competidores.
El Chevrolet de “Papín” Jaras cruzando un puente a toda velocidad.
Entregados los cómputos oficiales de la etapa, los cinco primeros lugares eran para Block, Niemayer, Medina, Jaras y Romero. En tanto, la clasificación general de la carrera desde Puerto Montt hasta Chillán arrojaba el siguiente resultado: 1° Raúl Jaras , 7 horas 1 minuto 44 segundos; 2° Federico Block, 7h 13m 51s; 3° Enrique Pedrini, 7h 38m 52s; 4° Hugo Tagle, 7h 39m 47 s; 5° Carlos Niemayer, 7h 41m 24s; y 6° Sergio Neder con 7h 55m 10s.
Al siguiente día, el domingo 23 de febrero de 1958, se correría la última etapa del gran premio cuyo desenlace se mantenía incierto, lo que la otorgaba mucha emoción al espectáculo deportivo, y lo que movilizaba a gran parte de los habitantes de los diversos pueblos y ciudades a instalarse a la orilla de la Carretera Panamericana para ver pasar los bólidos.
Raúl Jaras recibe la bandera al completar una de las subetapas.
A las 10 de la mañana recibió el banderazo con la cuadriculada el campeón del Perú, saliendo veloz en demanda de la meta en Talca. Tras él, largaron los demás pilotos: Jaras, Niemayer, Medina, Pedrini, Tagle, Ávila, Romero, Muñoz, Ramírez, Moreno, Neder, Aspeé, Ziomi, etc. Raúl Jaras hizo gala de sus habilidades conductivas pero también realizó un cometido muy cerebral al medir a su rival, “Pity” Block, a sabiendas que el pleito tendría que definirse entre ambos. Fue así como entre Chillán, San Carlos, Parral, Linares, San Javier, ambos pilotos no se dieron tregua en una vibrante persecución. Un poco más atrás, resurgía otra figura que descontaba terreno en forma impresionante, acercándose peligrosamente a los punteros. Era Sergio Neder, quien nuevamente lograba un gran rendimiento de su Ford, y luego de salir de Chillán en el lugar 12° adelantaba rivales velozmente hasta situarse tercero en el camino. La llegada a la meta en Talca (ubicada en pleno camino longitudinal un poco al sur de la Estación de Servicio Varoli) fue vibrante y espectacular pues “Papín” Jaras, superando al final de la etapa a su enconado rival, cruzó la meta en primer lugar. El júbilo entre los miles de aficionados era indescriptible. Apenas ocho segundos después apareció raudo el Ford del peruano Block, quien también fue calurosamente aplaudido. La sorpresa la puso Sergio Neder al llegar solo dos minutos más tarde, con un promedio excepcional que le valió adjudicarse la sub etapa Chillán – Talca. En el pavimento era sin duda el más veloz.
Por su parte, Raúl Jaras aumentó su ventaja en la clasificación general, con lo cual su marcha hacia la capital podría ser regulada evitando exigir su motor en el último tramo. Luego de cuatro horas de receso, para descansar, hacer arreglos, y recibir un suculento almuerzo talquino, los pilotos y sus máquinas reanudaron la competencia a las cuatro de la tarde, con Jaras, Block, Neder, Medina y Romero en los lugares de vanguardia. Ya al pasar por Curicó había sorpresas: escapado en la punta pasaba Neder a un ritmo de miedo demostrando que su Ford todavía tenía resto para pelear por los lugares de privilegio. Luego, a dos minutos de diferencia, cruzaban Jaras y Block. A medida que la carrera seguía hacia el norte quedaba en claro que Sergio Neder batía todos los récords de velocidad ya que tardaba de Talca hasta Rancagua tan solo 56 minutos, cronometrándosele un promedio de 189 KPH. Algo nunca visto en Chile hasta entonces. Tras él se mantenía el orden: Jaras segundo y Block tercero
Luego el volante capitalino Hernán Muñoz, en gran performance, lograba ponerse en el cuarto lugar en la etapa, y subía valiosas posiciones en la clasificación general (había partido 9º en Chillán). Lo seguía de cerca el popular volante Ignacio “Rasquido” Romero en su Ford.
Por Angostura, Neder registraba su paso liderando en la ruta, exigiendo a su coche un rendimiento excepcional, y manteniendo un increíble promedio de velocidad. Jaras lo seguía a un ritmo regulado, manteniendo a raya a sus espaldas al piloto peruano, a sabiendas que la ventaja acumulada en varios días le permitiría coronarse vencedor.
La meta final de la carrera se ubicaba en la entrada sur de la capital, cerca de la localidad de Nos. Había allí gran expectación entre la multitud agolpada a ambas orillas del camino, y los altoparlantes de los puestos radiales entregaban las informaciones y pormenores de la carrera que se acercaba. Cuando se divisaron las avionetas que escoltaban a los punteros se produjo gran griterío y algarabía, pues indicaban el arribo del primer automóvil. Inmenso júbilo provocó entonces la llegada del Ford Nº 9 conducido por Sergio Neder, a las 17 horas 17 minutos, lo que hacía presagiar que había quebrado marcas de anteriores carreras al sur. De inmediato los controles del Automóvil Club lo confirmaron: Neder había establecido un nuevo récord para el tramo, al colocar entre Talca y Nos el excelente registro de 1 hora 15 minutos 39 segundos 6 décimas.
El campeón del Perú, Federico “Pity” Block llegando a la meta en el veloz Ford N° 26 que le prestaran sus amigos chilenos y con el que logró el segundo lugar.
Largos y tensos 10 minutos debió esperar el multitudinario público para saber el desenlace de la carrera, ya que recién entonces surgió el Chevrolet Nº 7 de “Papín” Jaras y Tomás Lí, quienes se dieron el lujo de saludar con el brazo afuera, presintiendo que eran los ganadores del Gran Premio.
Cuando aún no se acallaban los aplausos que premiaban el triunfo de Jaras, hizo su aparición el Ford Nº 26 piloteado por el talentoso volante peruano Federico Block, quien aseguraba así su segundo lugar en la clasificación general del Gran Premio.
Luego de cruzar la meta, Jaras y Block se fundieron en un gran abrazo de fraternidad, e igual cosa hicieron sus copilotos Tomás Lí y Cristóbal Velasco, importantes protagonistas del éxito de ambos. Cinco minutos más tarde arribó el coche de Hernán Muñoz y un minuto después el representante de Llay Llay, Ignacio Romero. Posteriormente llegarían Mario Ramírez, Jorge Ziomi, Edmundo Ávila, Enrique Pedrini, Carlos Niemayer, y los restantes.
El promedio total de Raúl “Papín” Jaras fue de 111,737 KPH para los 1.086 kilómetros 300 metros de recorrido, los que completó en 9 horas 43 minutos 19 segundos. Su escolta, Federico Block, puso 9 horas 58 minutos un segundo, a un promedio de 108,990 KPH, mientras que el tercero, Sergio Neder, hizo el total de la carrera en 10 horas 17 minutos y 20 segundos, a un promedio de 107,580 KPH. Cuarto en la clasificación general llegó Mario Ramírez, 5º fue Ignacio Romero y 6º Hernán Muñoz.
Otro Gran Premio por polvorientas carreteras pasaba a la historia de nuestro deporte mecánico. Tres etapas y tres ganadores: Raúl Jaras, Federico Block y Sergio Neder. Sin duda tres nombres para el bronce del automovilismo chileno y peruano, quienes darían mucho que hablar aún en ambos países en el futuro, ya que cosecharían importantes triunfos en los años venideros.