El Circuito Sur: la primera pista semipermanente de Santiago.
Por Rodrigo Velasco S.
Desde mediados de la década del veinte y hasta comienzos de la década del cincuenta se realizaron espectaculares carreras de autos en este histórico escenario semirectangular conformado por las dos largas rectas que unían Santiago y Puente Alto, conocidas desde antaño como Camino Santa Rosa y Camino Puente Alto, que pasaba por lugares como La Legua, Santa Rosa, Bajos de Mena, Puente Alto y Pirque. Tenía un largo recorrido de nada menos que 38,64 kilómetros lo que lo convirtió en el muy veloz escenario de las principales carreras de automóviles efectuadas en la capital desde que se iniciaran estas competencias deportivas.
La curva conocida como “Bajos de Mena”, que era la de acceso a Puente Alto, era terriblemente peligrosa ya que estaba al final de una recta eterna viniendo desde Santiago. Los autos de carrera antiguos llegaban a ese punto a gran velocidad, pero sus frenos y estabilidad dejaban mucho que desear. Allí hubo innumerables accidentes a lo largo de los años; muchos de ellos graves y varios fatales lamentablemente. El paso de los bólidos por la ciudad de Puente Alto era uno de los mayores atractivos del recorrido, con todos los peligros que ello acarreaba, lo que dio lugar a episodios espectaculares. A través de la historia este escenario vio ganar a grandes volantes y a otros tantos batir el récord de la vuelta, quedando para el bronce nombres como los de Aladino Azzari, Antonio Caliri, Rodolfo Gallo, Carlos Orrego, Hernán Freitas (cuyo hermano Antonio perdió la vida allí en una carrera), Enrique Cortesse, Oscar Andrade, e incluso el del campeón argentino Carlos Zatuszeck, quien corrió en su legendario Mercedes Benz SSK, estableciendo el mejor tiempo por vuelta, pero sin poder llevarse la victoria.
Durante la década del treinta fue cuando el Circuito Sur se transformó en el primer circuito semipermanente de la capital, incluso con características de moderno autódromo, ya que se construyeron graderías en la recta de meta, la que fue enrejada, y se hicieron también boxes (denominados stands en aquel entonces) para los competidores y sus mecánicos. Allí se ubicaban los equipos de mecánicos de los pilotos que tenían el apoyo de una marca de automóviles, así como los simples particulares que participaban en sus propios coches. Afortunadamente, mucho de lo sucedido en el Circuito Sur durante todos esos años quedó para la posteridad en excelentes fotografías de la época, varias de las cuales ilustran muy adecuadamente este breve relato histórico.