Sin fines de lucro - Rescatando el patrimonio de Chile

Visita a la Feria Technoclassic de Essen

Conociendo la feria de Essen

Por Ricardo Kobler

25 de Marzo de 2018

 

La feria Technoclassic de Essen, es un Retromobile al estilo Alemán!

Acá la cosa es distinta! Acá la cerveza, las salchichas y el chancho  son tanto o más importantes que los autos y las piezas!

Y aunque mi primera visita a esta feria fue antes del boom de la Internet, debo decir que no ha mermado en nada. Al contrario. Es más grande y más interesante que nunca!

Y si mis colegas auto-arqueólogos coinciden conmigo en que nos gusta ver en vivo, tocar y hasta oler las piezas que andamos buscando para rescatar algún auto, entonces estoy en lo cierto!

E Bay no reemplazara nunca a una feria como la de Essen!

Ya en el hotel, al desayuno  –y aunque este hotel no está para nada asociado al evento y ni siquiera se encuentra en las cercanías-  es posible notar un cierto ambiente tuerca.  Mientras los Papás desayunan con sus hijos preadolescentes, las Mamás brillan por su ausencia!

Los únicos que se ven acompañados por sus mujeres son los hombres mayores. Ellas los miran con esa cara que inconfundiblemente dice “ te tengo que acompañar por si te da un infarto cuando encuentres esa pieza que buscas hace años y que no paras de hablar de ella!”

Ellos,  nerviosos, investidos en su más preciadas chaquetas “vintage”…Mercedes, Castrol, Jaguar, Bosch, Porsche  -se lee en grandes letras bordadas-   Esperan ansiosos que ellas terminen de desayunar!

Pero antes de intentar entrar hay que luchar por estacionamiento!

Y aunque es temprano quedo literalmente a un kilómetro de la entrada más próxima, y en un tercer subterráneo!

Desde que compro la entrada hasta que alcanzo la puerta de la exposición me toma unos buenos 20 minutos. Tiempo más que suficiente para mirar a la gente que se aglomera a mí alrededor.

Se escucha una decena de idiomas distintos! Por su puesto un par de argentinos! con sendas chaquetas del museo Fangio.

Veo que soy uno más de los cientos que entran con una mochila literalmente vacía!! Sabemos lo que va a pesar esa mochila a la salida!!

El espacio es completamente diferente al de Paris, la sensación es otra! El techo es bajo respecto de su tamaño, y eso hace que se sienta mucho más abarrotado. Acá,  más que una o dos grandes salas, son varias de tamaño menor interconectadas. Hay que organizarse bien para no perderse de nada!

Sí, porque esta vez la tarea es comprar!

No doy un par de pasos y ya tengo que parar! Un stand magnifico con varios Bentley 3 litros de los años 30, un Vanden Plas 4,5 Le Mans y un Rolls que muestra orgulloso los premios que acaba de recibir como uno de los mejores autos de la feria. Es un Town Car de los 20 con una carrocería Chauffeur abierta/cerrada y ventanas oval, que es realmente espectacular! El vendedor viste a la usanza…y te atiende con “tongo”! Y me refiero a su sombrero!

El recorrido me lleva a la sala donde se encuentran los stand oficiales de las marcas, Volkswagen, Porsche, Audi…y ahí me quedo “pegado” mirando detalle tras detalle de una de las recreaciones del Autounion Tipo D que la marca encargo fabricar a una firma inglesa  –que ironía!-  a partir de algunas piezas originales  rescatadas por ahí y por allá!

 

No puedo evitar recordar que se comentaba por allá por el año 2000 que incluso en el sur de Chile se encontraría un motor de un Autounion de este tipo que fuera “contrabandeado” hasta nuestro país por algún oficial alemán huyendo en la inmediata posguerra.

El auto es fantástico! Más allá de ser autentico 100% o no, acá lo interesante es ver en detalle la tecnología y el ingenio mecánico que se usó en aquel tiempo. Y ni hablar de la manufactura inglesa! Que terminaciones!!

Algo similar ocurre en el stand de Mercedes, donde la contraposición entre el auto de Grand Prix de 1939 que condujera nada menos que Ruddy Caracciola y los conducidos por Lewis  Hamilton en las últimas temporadas de F1 te ponen a pensar! Qué manera de avanzar en ciertos aspectos, y que manera de no hacerlo en otros! Llama la atención!

Pero… como no solo de autos vive el hombre…me paro en seco en un stand donde se exhiben cronógrafos y relojes clásicos. Saltan a la vista un par de fabulosos Heuer Monte Carlo del 58 y un Super Autavia más o menos de la misma época! Ambos en sus bases originales para ser atornillados en el tablero de cualquier racer de los 50 y 60. Pongo cara de comprador y pido que me los muestren! Solo para experimentar su peso en la mano y sentir el “click” del pulsador al apretarlo!

Caros! Muy caros! En otra vida será!

Hay que acercarse a los stands de los italianos, donde es posible que encuentre algo de lo que busco. Si uno sabe que otros autos italianos de la época compartían elementos eléctricos y de otros tipos con Ferrari, entonces le puede a uno ir mejor! Porque la recomendación es no pronunciar la palabra (Ferrari)…porque ahí  los precios se dispara hasta las nubes!

 Lento pero seguro, se van  encontrando y   los voy comprando!

Los neblineros originales Marchal que van instalados detrás de la máscara, el espejo exterior original, dos pequeños refractantes traseros, rosetas cromadas originales de dos piezas para las manillas alza vidrios etc. etc.

Ya al momento de entrar, me prometí no comprar nada personal….pero en el templo de la nostalgia….es muy difícil no sucumbir a la tentación!

Y no pasó mucho rato hasta que me encontré frente a frente con mi propia historia!

Uno de mis juguetes  de niño preferidos!

Un  Porsche 917  “Martini” de Schuco, exactamente igual al que mi abuela me trajo en 1971 de regalo desde Alemania. Se le abren sus puertas de alas de gaviota, se mete dentro el dedo índice de tu mano hasta un pequeño pedal de acelerador en el piso y al apretarlo….ruge cual 12 cilindros Bóxer!

No pude dejarlo ahí!!                                                                                    Lo compre!

Desarmarlo y por ende destruirlo,  me penó por 47 años!

Ya “con la mente más tranquila” me dedico a disfrutar de todos esos autos emblemáticos que a lo lago de los años uno ha visto en revistas, reportajes gráficos, miniaturas etc. y que hoy, ferias como esta hacen posible que uno los disfrute en vivo y en directo!

…Un Porsche Carrera 6, un Audi Trans Am con míticos monbres sobre la puerta..Hans Stuck, Walter Rohrl, Hurley Heywood!

O por qué no,  un Cisitalia que compitió en las auténticas Mille Miglia y que según su número en la puerta, su hora de largada fue a las 4:46. O un Howmet  TX, un sport prototipo experimental impulsado por una turbina Allison de helicóptero, que corrió no solo en las 24 horas de Daytona en 1968, sino que además lo hizo en Le mans! Una verdadera obra de arte! Desde la ingeniería hasta la pintura y la gráfica exudan los años 60!

Al recorrer las distintas ferias europeas, uno se da cuenta de que cada una de ellas ha ido buscando su nicho y su especialidad. Consciente o inconscientemente los expositores se han ido especializando y ubicando en distintas ferias a lo largo del año. Son pocos los que se repiten,  lo que  incentiva  al visitante  a no querer perderse de ninguna y a asistir a todas las que le sea posible!

Son gasolina 100/130 para el alma! Hay que repostar seguido!!